INGREDIENTES
- 3 Calabacines grandes
- 400 gramos de queso blanco de untar
- 2 huevos
- Sal
- Pimienta
- Aceite de Oliva
PREPARACION
Lo
primero será lavar los calabacines y le quitaremos la punta, los secamos con un
papel de cocina y cogeremos uno y lo cortaremos en daditos.
Ponemos
a hervir un cazo con agua y echaremos el calabacín en daditos y los dejaremos
cocer entre 5 a 10 minutos (tienen que estar al dente).
Con una
mandolina (si no tenéis la mandolina, coger un cuchillo), cortaremos los dos calabacines a lo largo,
extrayendo tiras largas.
Cogemos
un molde, engrasamos con unas gotas de aceite y lo forramos con las láminas de
calabacín, de manera que cubran el fondo
y dejando que sobresalgan
del molde.
Para la
mezcla.
Cogemos
los huevos, un poco de sal y pimienta. Los ponemos a batir e iremos
incorporando el queso poco a poco, mezclándolo bien. Cuando la masa este bien
mezclada, agregamos los daditos de calabacín y si hace falta añadimos un poco
de sal y pimienta, volvemos a mezclar todo.
Cogemos
el molde que hemos forrado anteriormente con el calabacín y añadimos la mezcla
de huevo, queso y daditos de calabacín.
Intentaremos no llenarlo hasta arriba, con las láminas que hemos dejado
que sobresalgan del molde taparemos la mezcla.
Horno
precalentado a 180ºC y lo dejaremos unos 30 minutos o bien cuando pinchemos con
un palillo en el centro del pastel y si vemos que sale seco, retiraremos.
Una vez
que se haya enfriado, lo desmoldaremos. Lo ideal es servir en frio.
Cortaremos
en porciones y al servirlo podremos poner un poco de crema de vinagre balsámico o de Pedro Ximenez.
Buen
provecho
No hay comentarios:
Publicar un comentario